Me dirigí al concierto de Buddy Guy conduciendo mi coche y oyendo el doble CD de las grabaciones completas que realizó para el sello Chess.
El momento iba a ser único y probablemente irrepetible, de manera que quise tener “fresco” en mi cerebro la mejor época de este músico para poder hacer una valoración lo más objetiva posible al acabar el espectáculo.
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Llegué a la hora exacta en la que empezaron a tocar los teloneros. Era una formación de músicos locales comandada por uno de los mejores guitarristas de la isla y amigo mío: Eliseo Lloreda. Realmente me sorprendió su inclusión en el Festival de Blues y mucho más que fuese telonero de Buddy Guy, no porque dudase de su calidad, altamente contrastada, sino porque básicamente siempre ha sido un músico de Jazz en el panorama isleño…Presagié lo peor…
El repertorio fue una muestra de funky-jazz al mejor estilo Medesky-Martin-Woods-Scofield, con una calidad realmente buena pero totalmente fuera de lo que yo considero debe ser un festival de Blues. Una vez más, los festivales se adulteraban con muestras musicales alejadas del eje principal del mismo. Realmente el grupo sonó bien, que conste, pero hubiese estado más apropiado para el festival de Jazz que habrá dentro de un mes…Paradójicamente, éste se suele adulterar con soul, flamenco y otras variantes alejadas del propio Jazz…En fin.
Por fin llegó el descanso y tras una cena rápida en un restaurante cercano al evento (he de recordar que el concierto fue al aire libre), Buddy Guy estaba en escena. De entrada me sorprendió lo bien conservado que estaba, al menos aparentemente. Se presentó con una formación clásica: teclista, baterista, bajista y segundo guitarrista y el concierto comenzó de una manera arrolladora, como debe ser. Su voz se conservaba afinada y entonada y en ocasiones me recordó al Buddy Guy de la Chess. El sonido de la banda era bueno, con la única excepción de la estridencia de la Stratocaster de Buddy (blanca con topos negros). Según mi parecer, Guy siempre ha abusado de la saturación del sonido de su guitarra y con el paso de los años aún más. Cuando era joven esto tenía un resultado efectista ya que su precisión al improvisar era muy buena pero anoche se notaba la extrema ”suciedad” del sonido, sin duda debido a las continuas imprecisiones que por otro lado, parecía no importarle a nadie, y a Buddy Guy menos…
El concierto describió una línea claramente descendente y después de pasar por el clásico “Mustang Sally” y algún que otro tema de M. Waters aceptablemente interpretado, comenzaron los desvaríos más propios de un circo que de un concierto. Repitió su consabido show de tocar entre el público (con su inalámbrico a cuestas), las típicas palmadas de la gente y los habituales intercambios de “yeah”, “wow” y otras onomatopeyas entre el músico y el respetable (que para mí nunca lo es tanto). La banda mantuvo la compostura en todo momento, dándole a Guy el soporte adecuado para sus cabriolas y memeces (tocar con los dientes, con un palo, etc…).
Tras tocar el penúltimo tema se apagaron las luces y la gente (como es normal) pidió el bis entre gritos y aplausos. Salieron a escena otra vez en interpretaron un tema que en realidad fueron varios pero a la mitad…como una especie de popurrí pero sin querer, incluyendo un malogrado intento del Voodo-Chile. Buddy optó finalmente por abandonar el instrumento y dedicarse al bochornoso espectáculo de repartir púas y pins a la audiencia, como el granjero que reparte maíz a las gallinas. Se retiraron del escenario entre ovaciones y gritos. Todo un éxito.
De camino a casa iba feliz porque oía otra vez el CD de la Chess con aquellos temas que me hicieron conocer a un gran artista que se llamaba Buddy Guy, que me enseñó muchísimo y que se labró un nombre entre los ilustres del Blues.
¿Lo mejor del concierto?: Que fue gratis yque en unos días lo habré olvidado para mi bien...
Salud!
El momento iba a ser único y probablemente irrepetible, de manera que quise tener “fresco” en mi cerebro la mejor época de este músico para poder hacer una valoración lo más objetiva posible al acabar el espectáculo.
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Llegué a la hora exacta en la que empezaron a tocar los teloneros. Era una formación de músicos locales comandada por uno de los mejores guitarristas de la isla y amigo mío: Eliseo Lloreda. Realmente me sorprendió su inclusión en el Festival de Blues y mucho más que fuese telonero de Buddy Guy, no porque dudase de su calidad, altamente contrastada, sino porque básicamente siempre ha sido un músico de Jazz en el panorama isleño…Presagié lo peor…
El repertorio fue una muestra de funky-jazz al mejor estilo Medesky-Martin-Woods-Scofield, con una calidad realmente buena pero totalmente fuera de lo que yo considero debe ser un festival de Blues. Una vez más, los festivales se adulteraban con muestras musicales alejadas del eje principal del mismo. Realmente el grupo sonó bien, que conste, pero hubiese estado más apropiado para el festival de Jazz que habrá dentro de un mes…Paradójicamente, éste se suele adulterar con soul, flamenco y otras variantes alejadas del propio Jazz…En fin.
Por fin llegó el descanso y tras una cena rápida en un restaurante cercano al evento (he de recordar que el concierto fue al aire libre), Buddy Guy estaba en escena. De entrada me sorprendió lo bien conservado que estaba, al menos aparentemente. Se presentó con una formación clásica: teclista, baterista, bajista y segundo guitarrista y el concierto comenzó de una manera arrolladora, como debe ser. Su voz se conservaba afinada y entonada y en ocasiones me recordó al Buddy Guy de la Chess. El sonido de la banda era bueno, con la única excepción de la estridencia de la Stratocaster de Buddy (blanca con topos negros). Según mi parecer, Guy siempre ha abusado de la saturación del sonido de su guitarra y con el paso de los años aún más. Cuando era joven esto tenía un resultado efectista ya que su precisión al improvisar era muy buena pero anoche se notaba la extrema ”suciedad” del sonido, sin duda debido a las continuas imprecisiones que por otro lado, parecía no importarle a nadie, y a Buddy Guy menos…
El concierto describió una línea claramente descendente y después de pasar por el clásico “Mustang Sally” y algún que otro tema de M. Waters aceptablemente interpretado, comenzaron los desvaríos más propios de un circo que de un concierto. Repitió su consabido show de tocar entre el público (con su inalámbrico a cuestas), las típicas palmadas de la gente y los habituales intercambios de “yeah”, “wow” y otras onomatopeyas entre el músico y el respetable (que para mí nunca lo es tanto). La banda mantuvo la compostura en todo momento, dándole a Guy el soporte adecuado para sus cabriolas y memeces (tocar con los dientes, con un palo, etc…).
Tras tocar el penúltimo tema se apagaron las luces y la gente (como es normal) pidió el bis entre gritos y aplausos. Salieron a escena otra vez en interpretaron un tema que en realidad fueron varios pero a la mitad…como una especie de popurrí pero sin querer, incluyendo un malogrado intento del Voodo-Chile. Buddy optó finalmente por abandonar el instrumento y dedicarse al bochornoso espectáculo de repartir púas y pins a la audiencia, como el granjero que reparte maíz a las gallinas. Se retiraron del escenario entre ovaciones y gritos. Todo un éxito.
De camino a casa iba feliz porque oía otra vez el CD de la Chess con aquellos temas que me hicieron conocer a un gran artista que se llamaba Buddy Guy, que me enseñó muchísimo y que se labró un nombre entre los ilustres del Blues.
¿Lo mejor del concierto?: Que fue gratis yque en unos días lo habré olvidado para mi bien...
Salud!
Es mucho contraste pasar de escuchar las grabaciones de Chess al Buddy de hoy en día.
ResponderEliminarsaludos
Me puedes recomendar un disco de Guy de esta epoca de Chess, me gustaría oirlo.
ResponderEliminarGrcias
Jeepy Dodge
Hola Jeepy. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarCreo que la mejor muestra de la obra de Buddy Buy en el sello Chess es este recopilatorio del que hablo.
Pincha en el link.
Salud!