
Stefan Grossman es, sin duda, el guitarrista al que más le debo exceptuando, claro está, a los bluesmen de la primera mitad del siglo XX. Sus trabajos me acercaron sonoridades desconocidas; sus múltiples métodos me enseñaron un nuevo estilo musical y sus influencias son absolutamente reconocibles en mi estilo interpretativo.
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Después de llevar más de 15 años interpretando con las seis cuerdas (clásica y eléctrica) y pasar por diferentes etapas y estilos, Grossman puso ante mí una nueva manera de entender el blues y la guitarra: el fingerpicking. Gracias a él conocí a los grandes del pre-war blues y gracias a sus métodos y transcripciones, mi repertorio musical creció de manera notable. Con Grossman hubo un antes y un después en mi manera de tocar la guitarra.
Nacido en Brooklyn, Nueva York el 16 de Abril de 1945, la juventud de Grossman estuvo marcada por las enseñanzas e influencias que recibió de Gary Davis. Estuvo estudiando con él durante muchos fines de semana, y tras su paso por el instituto tuvo la suerte de recibir lecciones del propio Skip James, Mississippi John Hurt o Mance Lipscomb.
Ya en los años 60, formó parte de los Even Dozen Jug Band. Al poco tiempo se trasladó a Gran Bretaña en donde fundó el desaparecido y prestigioso sello discográfico Kicking Mule. Allí Vivió durante la década de los 70 donde se labró su gran reputación como guitarrista acústico participando en diversos festivales.
Actualmente se dedica al negocio de los dvd´s y libros instructivos, a parte de seguir dando giras y recitales constantemente.
El álbum escogido para comentar se titula Love, Devils and the Blues. La razón es simplemente cronológica: fue el primer disco de Grossman que añadí a mi colección. No es mi preferido ni creo que sea su mejor obra, pero representa de alguna manera el estilo de este genial artista. El CD está editado por el sello Shanachie y recopila diversos temas grabados por Grossman en su época europea. Consta de 17 cortes totalmente instrumentales llenos de música acústica, blues, afinaciones alternativas y una técnica exquisita. Constantemente aparecen referencias sonoras que evocan directamente pasajes de Gary Davis, Blind Willie Johnson, Lemon Jefferson o M. J. Hurt.
Grossman utiliza afinación estándar, open G, vestapol, open Gm , guitarras de 6 y 12 cuerdas, Stellas, Franklins, líneas melódicas de gran belleza, bajos alternos bien marcados, piezas interpretadas con slide... Álbum exquisito en todos los sentidos: simpática portada, datos musicales del libreto e incluso tablatura que acompaña al CD original.
En mi colección particular hay muchos álbumes de Grossman y Love, Devils and the Blues sirve de ejemplo como cualquier otro para acercarse a la obra de este semidesconocido y poco valorado (para muchos) guitarrista, estudioso y maestro.
Sólo me resta decir: Gracias Stefan.
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Después de llevar más de 15 años interpretando con las seis cuerdas (clásica y eléctrica) y pasar por diferentes etapas y estilos, Grossman puso ante mí una nueva manera de entender el blues y la guitarra: el fingerpicking. Gracias a él conocí a los grandes del pre-war blues y gracias a sus métodos y transcripciones, mi repertorio musical creció de manera notable. Con Grossman hubo un antes y un después en mi manera de tocar la guitarra.
Nacido en Brooklyn, Nueva York el 16 de Abril de 1945, la juventud de Grossman estuvo marcada por las enseñanzas e influencias que recibió de Gary Davis. Estuvo estudiando con él durante muchos fines de semana, y tras su paso por el instituto tuvo la suerte de recibir lecciones del propio Skip James, Mississippi John Hurt o Mance Lipscomb.
Ya en los años 60, formó parte de los Even Dozen Jug Band. Al poco tiempo se trasladó a Gran Bretaña en donde fundó el desaparecido y prestigioso sello discográfico Kicking Mule. Allí Vivió durante la década de los 70 donde se labró su gran reputación como guitarrista acústico participando en diversos festivales.
Actualmente se dedica al negocio de los dvd´s y libros instructivos, a parte de seguir dando giras y recitales constantemente.
El álbum escogido para comentar se titula Love, Devils and the Blues. La razón es simplemente cronológica: fue el primer disco de Grossman que añadí a mi colección. No es mi preferido ni creo que sea su mejor obra, pero representa de alguna manera el estilo de este genial artista. El CD está editado por el sello Shanachie y recopila diversos temas grabados por Grossman en su época europea. Consta de 17 cortes totalmente instrumentales llenos de música acústica, blues, afinaciones alternativas y una técnica exquisita. Constantemente aparecen referencias sonoras que evocan directamente pasajes de Gary Davis, Blind Willie Johnson, Lemon Jefferson o M. J. Hurt.
Grossman utiliza afinación estándar, open G, vestapol, open Gm , guitarras de 6 y 12 cuerdas, Stellas, Franklins, líneas melódicas de gran belleza, bajos alternos bien marcados, piezas interpretadas con slide... Álbum exquisito en todos los sentidos: simpática portada, datos musicales del libreto e incluso tablatura que acompaña al CD original.
En mi colección particular hay muchos álbumes de Grossman y Love, Devils and the Blues sirve de ejemplo como cualquier otro para acercarse a la obra de este semidesconocido y poco valorado (para muchos) guitarrista, estudioso y maestro.
Sólo me resta decir: Gracias Stefan.
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